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20.06.16 Panzram/Callegarin (eds.), Entre civitas y madīna

20.06.16 Panzram/Callegarin (eds.), Entre civitas y madīna


Este libro es la consecuencia material de un encuentro organizado por el grupo/red de investigación Toletum (Netzwerk zur Erforschung der Iberischen Halbinsel in der Antike) y la Casa de Velázquez de Madrid (École des hautes études hispaniques et ibériques), celebrado en Hamburgo en el año 2015. Toletum, de hecho, llevaba ya varios años realizando estas reuniones, cuyo sujeto fundamental de estudio, desde una perspectiva interdisciplinar, era el territorio ibérico. Sin embargo, contar con la colaboración de la Casa de Velázquez hizo posible que se ampliase el foco de interés, incorporando al análisis la trayectoria urbana del norte de África. Editado por Sabine Panzram y Laurent Callegarin, este estudio pretende hacer una nueva aportación al debate abierto sobre las transformaciones urbanas que tuvieron lugar entre el siglo IV y el IX d.C., a partir de la comparación de dos territorios que, aunque contiguos, tuvieron evoluciones históricas dispares. Las características climáticas y del paisaje, así como la importante concentración de centros urbanos, compartidas a ambos lados del Estrecho de Gibraltar, son el hilo conductor del balance que entre ambos territorios se pretende establecer en este volumen. Con veinte contribuciones escritas en español, inglés, alemán y francés, los editores han querido, manteniendo la lengua original en la que los capítulos fueron escritos, custodiar de alguna forma las particularidades de las escuelas y tradiciones de investigación que, desde la Arqueología o la Historia Antigua--por nombrar las disciplinas más representadas en el libro--así como desde las perspectivas de medievalistas o de los estudiosos del Mundo Clásico, se han acercado al estudio de las ciudades en estos siglos de transición.

El título del libro "Entre Civitas y Madīna...," como los propios editores aclaran en su prefacio es, de alguna forma, un homenaje al fundamental--y en 1985 innovador--artículo publicado por Hugh N. Kennedy "From Polis to Madīna," en el que concluía que la ciudad islámica era el producto de un largo proceso de cambios sociales y económicos, donde la nueva religión solo podía considerarse como un factor más a tener en cuenta. De hecho, en este mismo volumen, el investigador tiene un capítulo en el que, treinta años después, evalúa las principales hipótesis que marcaron aquel estudio, a la luz de los datos que la investigación ha ido aportando en las últimas décadas.

A partir de la introducción de Panzram y la contribución de Kennedy, el libro se organiza en torno a dos partes principales, una dedicada a la Península Ibérica y otra al norte de África, que a su vez se dividen en "Perspectivas generales," "Estudios de caso" y "Enfoques temáticos." Las perspectivas generales dedicadas al territorio ibérico corren a cargo de Javier Arce y Sonia Gutiérrez Lloret. Así, mientas el primero hace un preciso análisis de la cristianización urbana entre los siglos IV y V--fundamentalmente a partir de fuentes literarias, aunque sin descuidar la información arqueológica--la segunda, en cambio, pone su atención en las transformaciones que afectaron a la ciudad en los últimos momentos del Reino Visigodo y la temprana islamización peninsular. El conocimiento detallado de las secuencias cerámicas y la precisión estratigráfica ha permitido que, en los últimos años, el crucial siglo VIII no suponga ya un hiato en la investigación arqueológica. El progreso de la misma, como señala la autora, se encuentra en la comparación de Al-Andalus y el área septentrional de África, apuntalando así los objetivos de la reunión que originó este libro.

Los casos de investigación están dedicados a Mérida (Miguel Alba Calzado), Cartagena (Jaime Vizcaíno Sánchez), las principales ciudades del Estrecho de Gibraltar (Darío Bernal Casasola) y Córdoba (Maria Teresa Casal García), siendo una parte importante del complejo mosaico hispánico, aunque con la significativa ausencia en el volumen de algún ejemplo relevante del tercio norte peninsular. El análisis diacrónico de Mérida comienza desde el periodo romano y termina con su fase emiral, mostrando como el compacto urbanismo clásico evoluciona hacia uno con menor densidad constructiva, en el que destacarán las iglesias, primero, y las mezquitas después. El ejemplo cartaginés, en cambio, se apoya en el paradigmático caso del teatro romano transformado en complejo comercial para mostrar las características del proceso de renovación urbana que, tras una marcada decadencia desde mediados del siglo II, tuvo su punto álgido en el siglo V. Este siglo es, precisamente, el punto de partida del análisis de las ciudades del Estrecho (Septem y Tamuda en la zona norteafricana; Gades, Baelo Claudia y Carteia en la hispana), que muestran una evolución discontinua de sus ejemplos urbanos, con varios modelos evolutivos y respuestas a la islamización del siglo VIII. Para terminar, el ejemplo urbano cordobés va a dejar de lado la Antigüedad Tardía, para centrarse en uno de los arrabales de la madīna, Šaqunda, y más concretamente en el urbanismo de fase omeya que la caracterizó y la cultura material de las personas que lo poblaron.

La última parte del bloque dedicado al territorio ibérico aporta nuevos datos al estudio, a partir de elementos como: las emisiones monetarias en relación primero con la ciudades del Reino Visigodo y con los Omeyas después, incluyendo además en esta fase los sellos de conquista (Ruth Pliego Vázquez y Tawfiq Ibrahim); los edificios cristianos de Toledo y su difícil traslación al posterior modelo de ciudad regia de Oviedo en el siglo IX (Francisco José Moreno Martín), como se ha pretendido por parte de algún sector de la investigación; para finalizar con un análisis (Christoph Eger) del mundo funerario islámico peninsular--con especial interés en los ejemplos de Pamplona, Segóbriga y Córdoba--que complementa los datos sobre la sociedad, la conformación de la ciudad y el papel de los cementerios musulmanes en ella. Los tres capítulos, aunque con aportaciones diversas, contribuyen a completar la imagen urbana de la Península Ibérica y a avivar el debate que se vislumbraba ya en los estudios de caso.

La segunda parte, dedicada a las ciudades del norte de África, inicia su andadura con dos capítulos que podríamos denominar marco: el primero, de François Baratte, traza la historiografía reciente del mundo urbano entre la Antigüedad Tardía y la conquista árabe, aportando además nuevas tendencias en la investigación actual; y el segundo, de Corisande Fenwick, centrado ya en los siglos VIII y IX, en el que la red de ciudades de la región de Ifrīqiya aparece caracterizada a partir de las ya existentes en la África bizantina y el rol principal que adquirirán las nuevas fundaciones de Cairuán (670) y Tunez (c. 705).

Los estudios de caso se desarrollan en un arco cronológico más lineal que el anteriormente referido para la Península Ibérica. De este modo, comprobamos como el análisis de las ciudades africanas escogidas se centra, fundamentalmente, entre los siglos V y IX. Los ejemplos serán Ammaedara (Haïdra) y Theveste (Tébessa) (Elsa Rocca y Fathi Béjaoui), Yerba (Elisabeth Fentress)--que incorpora al estudio también datos de los contextos rurales de su territorio--para terminar con un capitulo que analiza un buen número de ciudades en las que se documenta una activa vida artesanal relacionada con la producción oleícola y cerámica y las implicaciones que estas actividades tuvieron para la vida urbana (Ridha Ghaddhab).

Los enfoques temáticos sobre el África septentrional describen, de alguna forma, el escenario previo a las transformaciones que se habían visto en los ejemplos urbanos anteriores. Por un lado, el devenir de los edificios públicos romanos y, especialmente, de los complejos forenses (Anna Leone) y la estatuaria (Lennart Gilhaus), que a duras penas sobreviven al siglo IV; y por otro, desde las fuentes escritas, las tensiones entre los obispos católicos--con su rol determinante en la sociedad urbana--y el poder vándalo, así como su relevancia en la ordenación geopolítica del siglo V (Esther Sánchez Medina).

El volumen termina con un contrapunto--como así lo denominan los editores--de Patrice Cressier, en el que se incide en el fenómeno urbano islámico de la región del Magreb y las dificultades de rastrear en él fases anteriores. Esta situación, más el rol que tuvieron las tribus en la creación de estas ciudades, sugiere importantes diferencias con respecto a los centros urbanos de Al-Andalus que, como señala Cressier, deben ser tenidas en cuenta para crear cuadros de análisis más precisos. En cualquier caso, la comparación entre ambos territorios y los límites de la misma siguen siendo una asignatura pendiente. El libro editado por Panzram y Callegarin es, sin duda, un buen punto de partida para el análisis y establecimiento de paralelos que, aun faltándole todavía datos y experiencias, parece ser una de las vías de futuro más prometedoras para una mejor comprensión del fenómeno urbano en esta zona del Mediterráneo.